Tras siete años de conflicto en Siria, la Organización Mundial de la Salud reitera su llamamiento a proteger a los trabajadores sanitarios y a facilitar el acceso inmediato a las poblaciones sitiadas.

El año pasado se repitieron los ataques al sector de la salud. Los 67 ataques confirmados a trabajadores, infraestructuras y centros sanitarios que se registraron durante los dos primeros meses de 2018 suman más del 50% de los confirmados en todo 2017.

El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS señala: «Esta tragedia sanitaria debe acabar. Cada ataque destruye las comunidades y se propaga a través de los sistemas de salud, dañando infraestructuras e impidiendo que personas vulnerables accedan a la atención sanitaria. La OMS hace un llamamiento a todas las partes en el conflicto sirio para que detengan de inmediato sus ataques contra los trabajadores sanitarios, sus equipos y medios de transporte, los hospitales y otras instalaciones médicas».

Los sistemas de salud están siendo atacados en los lugares donde más se necesitan. Se estima que 2,9 millones de sirios viven en lugares que las Naciones Unidas consideran asediados y difíciles de alcanzar. La OMS brinda asistencia sanitaria a muchas de estas zonas, pero carece de acceso constante.

En Guta oriental, casi 400 000 personas llevan cinco años bajo asedio. Los suministros sanitarios básicos se han agotado y más de 1000 personas necesitan urgentemente una evacuación médica.

El Dr. Tedros recalca que «no podemos aceptar que hombres, mujeres y niños fallezcan a causa de enfermedades y traumatismos de fácil prevención y tratamiento».

También es habitual que se retiren suministros sanitarios esenciales de los convoyes interinstitucionales que se envían a lugares sitiados y de difícil acceso. A principios de este mes, las autoridades separaron más del 70% de los suministros sanitarios destinados a Guta oriental y los enviaron de vuelta al almacén de la OMS. Este material se necesita urgentemente para salvar vidas y reducir el sufrimiento de la población.

Tras siete años de conflicto, el sistema sirio de salud está devastado. Más de la mitad de los centros de salud y hospitales públicos están cerrados o funcionan solo parcialmente, y más de 11,3 millones de personas necesitan asistencia médica, entre ellos tres millones que sufren traumatismos y discapacidades graves.

La OMS pone todo su empeño en que la población de todos los rincones del país tenga acceso a los servicios de salud esenciales que pueden salvar vidas. El año pasado, la Organización proporcionó más de 14 millones de tratamientos en todo el país, incluso mediante servicios a través de fronteras y de líneas de combate.

El Dr. Tedros afirma: «Hay que poner fin al sufrimiento del pueblo sirio. Instamos a todas las partes en el conflicto a dejar de atacar los centros de salud, permitir el acceso a la atención sanitaria de toda persona que la necesite y, ante todo, poner fin a este devastador conflicto».

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