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Un programa de ejercicios simples de estiramiento puede ayudar a mejorar la salud cardiovascular.

Investigadores italianos asignaron al azar a 39 voluntarios a tres grupos. El primero realizó un programa de 12 semanas, cinco sesiones de 40 minutos a la semana, de estiramiento bilateral de piernas, tobillos y pies. El segundo grupo hizo los mismos ejercicios, pero solo en el lado derecho del cuerpo y en sesiones de 20 minutos. Un grupo de control no hizo estiramientos en absoluto.

Utilizando ultrasonido y otras técnicas, los investigadores midieron el flujo sanguíneo, la rigidez de las arterias y la presión arterial en todos los participantes antes y después de los regímenes de estiramiento. Los investigadores encontraron que en ambos grupos de estiramiento, la función vascular mejoró en todo el cuerpo, incluso en las arterias en áreas no involucradas en los ejercicios de estiramiento. El flujo sanguíneo aumentó significativamente en las arterias del muslo, la rodilla y el brazo, mientras que la presión arterial y la rigidez arterial disminuyeron. No hubo cambios en los controles.

Las mejoras, sin embargo, no duraron. A las seis semanas de detener el programa, las funciones vasculares volvieron a los niveles originales. Los hallazgos fueron publicados en el Journal of Physiology.

El autor principal, el Dr. Fabio Esposito, decano de la escuela de ciencias del ejercicio de la Universidad de Milán, dijo que el estiramiento puede ser útil para las personas que están lesionadas o que son incapaces de realizar un esfuerzo físico más vigoroso.

Pero, agregó, los beneficios del estiramiento son modestos y “no recomendamos que sustituya el estiramiento por ejercicio aeróbico”.

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